viernes, 23 de febrero de 2018

Las paredes de Mari Tere



Al recoger los cuadros que pinté para mi madre, de las paredes de su casa, cuando ella falleció, el pasado mes de julio, llené dos grandes cajas de cartón.
La mayoría estaban en perfecto estado, láminas, lienzos y marcos. Algunos marcos incluso habían sido pintados-decorados por mi durante una larga temporada en la que me dediqué gozosamente a su reciclaje. Aún tengo entre 20 y 30 esperando que les de uso en mi estudio. Surgió entonces la pregunta, ¿qué hacer con ellos? Los pinté en su día para decorar especialmente cada rincón de la casa en la que ella y yo nos quedamos tras el fallecimiento de mi padre, que también había sido la casa de mis abuelos maternos.
No estoy dispuesta a estas alturas de mi vida a recopilar y guardar cosas inútilmente, así que de repente pensé en Eva.

Tengo la suerte de estar rodeada de un numeroso grupo de personas que me aprecian a mi y a mi obra, y que en algunas de mis exposiciones han adquirido alguno de mis cuadros. Pensé entonces en hacerles un regalo.

Llevo realizando esta labor desde hace algunos meses. La primera persona con la que inauguré el proceso, como he escrito antes, fue con Eva, y en realidad fue entonces cuando se me ocurrió que podía repetirlo con otras personas queridas. Supongo que me decidí al sentirme tan bien al percibir lo agradecida que Eva se había sentido. Un baño de calor incomparable con ninguna otra muestra de cariño recibida hasta entonces como recompensa a mi trabajo. Lógicamente cargada de unas connotaciones y una carga emocional única e irrepetible.
Enseguida se me vinieron los nombres de aquellos que ocupaban los primeros lugares de mi lista y poco a poco se ha ido incrementando el número: amigos, recientes y antiguos, y algunos familiares muy cercanos.
Ahora tengo múltiples post its amarillos en las páginas de mi agenda, donde voy anotando nombres y títulos de cuadros. La elección no es casual. Elijo el cuadro que creo que le puede gustar a cada uno.
Los cuatro que he regalado hasta entonces han resultado un éxito y la semana que viene tengo previsto regalar otros cinco más. Me ha costado elegirlos pero ya lo tengo claro.

Cuando visite las casas de esta personas, un poquito de mi madre también estará presente…y los post its amarillos siguen, por ahora, ocupando páginas en mi agenda...

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