jueves, 21 de marzo de 2024

Concierto en el Price: Silvia Pérez Cruz

 Acudo de nuevo a este pequeño espacio, desatendido desde hace mucho tiempo, porque no quiero pasar por alto la experiencia de ayer.

Fui al Circo Price al concierto de Silvia Pérez Cruz. La había escuchado antes, pero no me puedo declarar fan. Tenía mis dudas antes de acudir al recinto, y llegué allí con cierta incertidumbre.

Las primeras canciones me sonaron algo raras, no se parecían nada a lo que había escuchado antes de ella. 

Sin embargo, según fue avanzando el concierto, me fue llenando más y más, hasta casi cantar junto a un público totalmente entregado a Silvia, que repetía estribillos al dedillo cuando ella lo sugería. A pesar de no saberme ninguno de sus temas.

Inicialmente la sala me pareció llena de seguidores e incluso forofos de la cantante, pero  poco a poco lo fui comprendiendo. La cantautora engancha con su desparpajo y naturalidad, y sobre todo con una virtud que creo que es una de sus principales características: es una persona profundamente agradecida.

Agradecida con su público, con sus músicos, con el coro que la acompañaba en el concierto, con su manager, con todo su equipo. Repartió besos y abrazos con todos y para todos desde el escenario. 

Un concierto espectacular, el recinto a rebosar, y repite hoy con todo vendido.

Un concierto abstracto, que me recordó a los conciertos de música contemporánea a los que acudía al Museo Reina Sofía todos los martes a las 7 de la tarde con mi madre hace años  A ella le encantaba la música contemporánea...

El concierto de Silvia fue un concierto "abstracto". Yo nunca había visto ni oído algo igual.

Me encantó, y me refrescó mi frase favorita: "Es de bien nacidos ser agradecidos"

Ella desde luego, abandonó el escenario rebosante de agradecimiento de su público por su buen hacer, y nosotros, los asistentes, regresamos a nuestras casas cargados del cariño y agradecimiento que ella nos regaló.





viernes, 23 de febrero de 2018

Las paredes de Mari Tere



Al recoger los cuadros que pinté para mi madre, de las paredes de su casa, cuando ella falleció, el pasado mes de julio, llené dos grandes cajas de cartón.
La mayoría estaban en perfecto estado, láminas, lienzos y marcos. Algunos marcos incluso habían sido pintados-decorados por mi durante una larga temporada en la que me dediqué gozosamente a su reciclaje. Aún tengo entre 20 y 30 esperando que les de uso en mi estudio. Surgió entonces la pregunta, ¿qué hacer con ellos? Los pinté en su día para decorar especialmente cada rincón de la casa en la que ella y yo nos quedamos tras el fallecimiento de mi padre, que también había sido la casa de mis abuelos maternos.
No estoy dispuesta a estas alturas de mi vida a recopilar y guardar cosas inútilmente, así que de repente pensé en Eva.

Tengo la suerte de estar rodeada de un numeroso grupo de personas que me aprecian a mi y a mi obra, y que en algunas de mis exposiciones han adquirido alguno de mis cuadros. Pensé entonces en hacerles un regalo.

Llevo realizando esta labor desde hace algunos meses. La primera persona con la que inauguré el proceso, como he escrito antes, fue con Eva, y en realidad fue entonces cuando se me ocurrió que podía repetirlo con otras personas queridas. Supongo que me decidí al sentirme tan bien al percibir lo agradecida que Eva se había sentido. Un baño de calor incomparable con ninguna otra muestra de cariño recibida hasta entonces como recompensa a mi trabajo. Lógicamente cargada de unas connotaciones y una carga emocional única e irrepetible.
Enseguida se me vinieron los nombres de aquellos que ocupaban los primeros lugares de mi lista y poco a poco se ha ido incrementando el número: amigos, recientes y antiguos, y algunos familiares muy cercanos.
Ahora tengo múltiples post its amarillos en las páginas de mi agenda, donde voy anotando nombres y títulos de cuadros. La elección no es casual. Elijo el cuadro que creo que le puede gustar a cada uno.
Los cuatro que he regalado hasta entonces han resultado un éxito y la semana que viene tengo previsto regalar otros cinco más. Me ha costado elegirlos pero ya lo tengo claro.

Cuando visite las casas de esta personas, un poquito de mi madre también estará presente…y los post its amarillos siguen, por ahora, ocupando páginas en mi agenda...

El Niño Jesús de la familia



Mi madre tenía un Niño Jesús de cerámica policromada, que probablemente heredó de su madre. Estuvo muchos años guardado en una maleta, junto con ropitas antiguas para vestirle. Después desapareció durante mucho tiempo y no logramos encontrarlo.
Cuando ella falleció, hace 7 meses, mi tío Antonio, el mayor de los tres hermanos de mi madre, que siempre había hecho mucho incapié en que lo buscara y yo misma lo restaurara, algo que nunca me planteé por la envergadura que presentaba y porque nunca me sentí capacitada, volvió a insistirme sobre el tema.
Al terminar de recoger todas las cosas de mi madre, finalmente apareció. Envuelto en un trocito de sábana y acompañado de varias prendas de ropa, una pierna suelta y una corona de metal, lo guardé cuidadosamente y emprendí la búsqueda de un lugar donde lo restauraran para realizar una donación.
·       Inicialmente acudí al Museo del Prado, donde me pusieron en contacto con el Servicio de Documentación, y tras consultarles previo envío de múltiples fotografía que documentaban la obra, me respondieron lo siguiente el 4 de enero de 2018:
Estimada Sra.,
Agradecemos mucho su correo y su generosa oferta.
El Departamento de Artes Decorativas nos indica que el tipo de obra no se adecúa al contenido de nuestras colecciones,
y considera que sería más conveniente que se dirijan al Museo del Traje, cuyo enlace le incluimos:
Atentamente,
Servicio de Documentación

·       Tras ello, me pareció más conveniente ponerme en contacto con el Museo de Artes Decorativas, y la respuesta que recibí fue la siguiente el día 9 de enero de 2018:
Estimada María José:
Muchas gracias por su amable ofrecimiento. Lamentablemente, debemos declinarlo ya que está en muy mal estado de conservación.
Atentamente,
Sofía Rodríguez Bernis
DIRECTORA
Museo Nacional de Artes Decorativas
910505753

·      Seguí insistiendo y encontré la Escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, en Madrid, donde de nuevo contacté con la directora y le envié la documentación fotográfica de la obra. Recibí su respuesta el día 10 de enero de 2018:
Estimada María José, consultado el profesorado de prácticas de conservación y restauracion de escultura, aceptamos el ofrecimiento de donación del Niño Jesus de cerámica. Quedo a disposición para que nos comuniquemos y poderla hacer efectiva. Un abrazo par ti y tu hermana y de nuevo gracias por la colaboración con nuestra Escuela.
Ruth Viñas Lucas                            
Directora
D.G. de Universidades y Enseñanzas Artísticas Superiores
Consejería de Educación e Investigación

Comunidad de Madrid

Desde ese momento y hasta el día de ayer, estuve en comunicación con Ruth Viñas Lucas para concertar una cita y quedar con ella para donarle la obra.
Finalmente ayer acudí a la Escuela, pregunté por ella y me recibió una mujer extremadamente amable y sonriente que me presentó a todos y cada uno de los profesores que encontramos de camino a su despacho. Yo había redactado un documento a través del que hacía entrega de la obra, donándola en nombre de mi madre y dos de sus hermanos. Ambas lo firmamos.

Le mostré la obra, me habló de la Escuela, y buscó a una profesora, Begoña Mosquera, que había participado en la creación de un grupo de trabajo de restauración de tejidos para que viera todas las ropitas. Les pedí que si accedían  a hacerse unas fotos junto al Niño Jesús, y lo hicieron gustosamente. Después le regalé mi poemario “Pretextos” como agradecimiento, nos despedimos y fotografié la puerta principal de la Escuela y sus bonitas escaleras.
Me dijeron que estarían en contacto conmigo para que cuando finalizase la restauración, pudieran comunicarme a qué iglesia lo donaban.

Ayer taché orgullosamente esta tarea pendiente desde hace meses de mi agenda, con mi más profundo deseo de que mi tío Antonio, a sus más de 90 años, pueda llegar a ver la figura restaurada en una iglesia de la capital.


viernes, 16 de febrero de 2018

El señor Santoyo



El señor Santoyo tiene 90 años y desde hace dos padece de Alzehimer.

Vivimos en esta casa desde hace casi 20 años.
Aquí comenzamos nuestra vida en común y hemos sido muy felices. Las personas que nos vendieron nuestra casa también viven en esta finca, y fueron muy especiales con nosotros cuando la compramos.  Aquí concebimos a Noa y entramos y salimos con prisas en nuestras continuas idas y venidas al hospital durante el embarazo. Cuando vinimos aquí, ya el señor Santoyo era el presidente de nuestra comunidad de vecinos. Siempre una persona extremadamente amable y preocupada por el buen estado de nuestra finca y también de nuestras viviendas. Siempre bromeando con Noa y comentando lo bonita que era. Siempre muy responsable y pendiente de los demás.
Hace cerca de cuatro meses se decidió construir una rampa para que las personas con dificultades pudieran sortear las escaleras de nuestro portal. La preciosa vidriera que adornaba con personalidad la puerta principal de nuestro acogedor portal, ahora ha cambiado de ubicación: se ha colocado en una pared y se ha iluminado con leds. Ha quedado preciosa. Incluso creo que a diferencia de otras fincas donde las rampas rompen la armonía de la construcción original, en nuestro caso el diseño, la iluminación y la rampa, han hecho que ahora, el portal luzca más bonito.
En estos momentos se está celebrando la inauguración de la rampa. Se colocaron carteles anunciándolo en los ascensores y en la puerta principal del edificio. 

Yo he decidido no ir, sin saber exactamente la razón. No lo he sabido hasta que he oído aplausos y aplausos que me han hecho abrir la puerta de casa para escucharlos más cerca mientras me he emocionado.
La inauguración de la rampa ha sido en realidad, un homenaje al presidente honorífico, el señor Santoyo, que si ha tenido la fortuna de que una lucecita se encendiera en su cabeza esta tarde, seguro que ha disfrutado, ha apreciado y se ha sentido reconfortado por el cariño de todos sus vecinos.

martes, 19 de abril de 2016

Día Mundial del Libro, 23 de Abril de 2016

Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor 23 de abril de 2016  

http://www.diadellibro.eu/dia-del-libro-2016

Un libro es un vínculo entre el pasado y el futuro. Es un puente entre generaciones y entre culturas. Es una fuerza para crear y compartir la sabiduría y el conocimiento.
Frank Kafka dijo una vez: “un libro debe ser un hacha para romper los mares congelados dentro de nuestra alma”.
Ventanas a nuestra vida interior, los libros son también la puerta a la comprensión y el respeto entre los pueblos, más allá de las fronteras y las diferencias. En todas sus formas, los libros encarnan la diversidad del ingenio humano, dando cuerpo a la riqueza de la experiencia humana, verbalizando la búsqueda de sentido y de expresión que comparten todas las mujeres y todos los hombres, que hace avanzar a todas las sociedades. Los libros contribuyen a unir a la humanidad como una sola familia, compartiendo un pasado, una historia y un patrimonio, para forjar un destino común donde todas las voces sean escuchadas en el gran coro de las aspiraciones humanas.